Luego de 2 años de interrupción debido a la pandemia de Covid-19, volvió este clásico del trail en Argentina.
9a edición que participo sin solución de continuidad.
Esta vez salimos con Caro, Celi y mi mamá el viernes a las 13:00 hs. Muy lindo viaje, con las rutas poco cargadas. Llegamos a Tandil a las 17:00 hs.
Nos hospedamos en una casa, Refugio del Lago, situada atrás del Parque Independencia, a unos 800 metros de la largada. Excelente.
Luego de acomodarnos, salimos a cenar a Época de Quesos. Un manjar.
El sábado, acreditación a las 10:00 hs y relax. Nos encontramos con Carli, con quien estamos organizando la reunión de los 40 años de egresados del colegio San Albano, del cual somos ex-alumnos.
El domingo me levanto a las 06:30 hs. Desayuno media tostada con mermelada, café y agua.
Preparo 2 caramañolas con Tailwind, cada una conteniendo el polvo de un sobre. Van ambas en la parte posterior de un cinturón. Llevo en la mano una tercera, con capacidad para 350 ml. A esta también le agrego un sobre de Tailwind y la lleno con agua. Además llevo una cápsula de sales y un gel que nos dieron con el kit.
Antes de salir, tomo 400 mg de cafeína.
La carrera tiene 5 puestos de hidratación. La idea es consumir los primeros 350 ml con 54 g de Tailwind durante el trayecto hasta el puesto número uno, y allí recargar la caramañola de mano. En el segundo puesto, llenar de nuevo con agua y agregar el contenido de una de las botellitas del cinturón. Tercer puesto recargar agua. Cuarto puesto agua + Tailwind. Quinto puesto, agua.
A la hora y media, tomo la pastilla de sales. A las tres horas, consumo el gel.
Esta estrategia de nutrición e hidratación me funciona muy bien.
Salgo de la casa a las 07:45 hs. Voy trotando a la largada para ir entrando en calor. Hay unas subidas que ayudan. Las hago, parte caminando, parte corriendo.
Lo encuentro a Berni al llegar a las inmediaciones de la largada. Charlamos un rato y seguimos precalentando.
Se hacen las 08:15 hs y Carna comienza la locución. Me ubico en la largada. Unos 2100 corredores.
A las 08:30 en punto comienza la prueba.
Muy buenas sensaciones. Subo los primeros 800 metros desde la largada trotando a un paso tranquilo pero firme. Llego a la parte alta del castillo morisco y luego comienzo a bajar.
Solo camino en las subidas más empinadas. La primera aparece en el kilómetro 16. Hasta ese punto mi velocidad promedio es de 06:02 min/km.
Muy rápido me siento en las bajadas, y no me cansan las subidas. El entrenamiento está muy bien!
Hay unos pequeños cambios en el recorrido respecto a 2019:
2019: 27,7 km y 878 m de desvivel positivo.
2022: 26,7 km y 958 m de desnivel positivo.
El clima, espectacular. Sol radiante y fresco. Muy poca humedad.
En el camino lo alcanzo a Claudio, mi compañero en el Cruce 2010. Charlamos un rato y luego cada uno sigue a su ritmo.
Unos metros antes de la llegada, Caro, Celi y mi mamá me gritan. Qué felicidad todo esto!
Termino en 3 horas 22 minutos, mi segundo tiempo histórico. El primero, 2 minutos menos, es de 2019.
Ya saliendo del parque, lo encuentro a Chelo, junto a sus dos hijos que también corrieron.
Muy contento con el evento, el cual permite una escapada de fin de semana en familia, salir del stress citadino, y disfrutar una carrerita de trail en esta hermosa ciudad.
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