sábado, 25 de septiembre de 2021

Tor Des Geants

He dejado atrás 6 días y sus respectivas noches. Dormido un promedio de 1 hora 45 minutos por noche. 300 km en mis piernas y pies. +28.000 metros de desnivel positivo acumulado. El plan de carrera seguido casi a la perfección. Llego al último punto de control: Merdeux. Es todavía de noche. El puesto está cerrado. ¿¡Cerrado!? ¡Necesito fichar mi paso! La deprivación del sueño se manifiesta sin contemplación. Estoy perdido. Desorientado. Camino y siento que lo hago en círculos, sin avanzar. No sé dónde estoy. Pasan los minutos. Alucino hablar con la dueña del puesto que me dice que tiene que cerrar, pero que me quede tranquilo que ya tomó nota de mi número. No es la realidad. Me desespero. Faltan sólo 24 km y se me va la carrera. La desolación es infinita, insoportable. Me desplomo al costado del camino, y quedo así tendido, desvanecido e inmóvil en el frío de la noche, durante largos 90 minutos... 

La previa

Lo más importante a destacar en este punto, es que por la pandemia de coronavirus en el mundo, todos los países se han visto obligados a implementar protocolos de emergencia y restricciones a los viajes.

Así, se vuelve muy difícil viajar.

Consecuencia de ello es que elijo una alternativa que me permite ingresar a Europa por Suiza y finalmente llego a Courmayeur con varios días de anticipación.


Gran ventaja porque me permite hacer unos entrenamientos en lo que será la primera parte del circuito de Tor, que son impagables sin lugar a dudas.

Giovanni y María, los anfitriones de Notre Dame du Mont Blanc, me reciben como siempre. Con gran hospitalidad y un valor agregado en el servicio que se ha transformado ya en amistad. No tiene precio, realmente.

                                 Pizzas. Invitación que nos hizo Giovanni en la mejor pizzería de la zona

Además, tengo tiempo para ver largar y recibir a Fede y a Berni, que corren la CCC una de las carreras del grupo UTMB.


A los pocos días llega Pachi, el otro argentino que forma parte del grupo de 4 que correremos esta versión del Tor.

El otro es Hernán, con quien compartimos algunos días en 2019, ya que él participó de una de las carreras más cortas que se hacen junto al Tor.

Y por último, Ricardo, con quien compartimos Marathon des Sables en 2015. Él vive en Francia, y está anotado bajo ese país.


Con Pachi hemos coincidido en las 3 ediciones, siendo él finisher de todas. Un tractor, Pachi.

Aprovechamos muy bien estos días previos. En una jornada hicimos con Pachi toda la primera parte del Tor (estamos a 15 cuadras de la salida) hasta la cima del Col D'Arp. ¡Impresionante!


Noto que en las subidas voy a un ritmo muy bueno, sin exigirme y disfrutando cada paso. Eso me da mucha confianza. Significa que todo el trabajo previo ha sido muy positivo.

Hay que tener presente que nosotros, estando en el llano de Buenos Aires, tenemos un gran hándicap respecto a quienes entrenan en montaña.

Fundamental suplir esa desventaja con horas de gimnasio y sesiones especiales para fortalecer las piernas.

También, el hecho de tener tantos días, dio oportunidad para poner a punto el material que va adentro del bolso. Es crítico llevarlo separado por Base Vida.


Apoyo virtual y presencial

En este tipo de aventuras, el apoyo virtual que hace nuestra comunidad de familiares, amigos y corredores, utilizando las aplicaciones disponibles a tal fin, es invalorable.

Saber que del otro lado hay tanta gente siguiendo nuestros pasos y genuinamente deseando que sigamos avanzando para concretar el logro, es una zanahoria que nos da fuerzas cuando inevitablemente caemos en bajones anímicos. A los incondicionales de siempre: Caro, Celi, Nico y mi mamá. ¡Los amo! 

Y para esta carrera en particular quiero resaltar dos menciones. La primera para Giovanni, que proactivamente sigue nuestros pasos. Sé que estará, junto a María, el día en que si todo va bien, pasaré por el arco de llegada.

Y la segunda a mis amigos del alma: Peinchi, Rex y Scuby. Los primeros dos vendrán en auto desde Madrid, pasarán a buscar a Scuby por su casa en Francia y estarán el 18 esperando mi ingreso triunfal. No tengo palabras de agradecimiento para ustedes, amigos. Cualquier cosa que pudiese escribir sería insuficiente. 

12:00 horas del 12 de septiembre, 2021

Llegó el día.

Los 838 corredores inscriptos se reparten en dos tandas para salir. Hasta el número de dorsal 419 salen a las 10:00 hs. Salgo junto a Pachi y Ricardo en el turno de las 12:00 hs.

Plan de carrera para la primera etapa


El plan va conmigo en la muñequera que me dieron en el UTMB, todo el tiempo.

- En rojo, donde hay cortes de tiempo, barreras horarias
- En azul, la distancia desde la largada, en kilómetros
- En negro, las horas desde la largada
- En marrón, las altitudes
- En rosa, las Bases Vida
- En negrita, mis tiempos de paso planificados
- En amarillo, los períodos planificados para dormir 

Una fiesta la largada. Piel de gallina y ojos lagrimosos.

Mi tercer intento con el Tor. ¿Qué pasará esta vez? Lo bueno de estas carreas extremas es que hasta el último instante, uno nunca sabe el resultado final. Desafío muy grande.

Paso por La Thuille  a las 16:10. +10' del plan.

Excelente. Aunque siento que cumplir con el plan me exigió más que la vez que lo hicimos con Rodri en 2019. Creo que ahora he llegado mejor preparado físicamente y por ello me llama la atención. Creo que es el calor. Durante el mediodía hubo bastante sol y sentí que transpiraba más de la cuenta. En la edición 2019, durante el ascenso al Arp, nevó todo el trayecto.

Vengo cuidando muchísimo las rodillas. En 2019 quedé afuera por una lesión en el tensor de la fascia lata a la altura de la rodilla derecha. Comenzó ni bien bajaba del Col D'arp y fue aumentando hasta dejarme totalmente inhabilitado para seguir en el kilómetro 260.

Me siento perfecto físicamente. ¡Gracias Dios por permitirme esto! Soy un eterno agradecido.

Paso por el Refugio Deffeyes a las 18:58. +9' del plan.

Llego a Valgrisenche a las 02:03. +3' del plan.

Excelente. Estoy entero. Sin dolores y todos los ascensos son una fiesta. ¡Cómo estoy disfrutando esto!
En las bajadas voy lento. Cuidando la máquina. Primeros 50 kilómetros adentro.

Importante destacar que en esta primera etapa, tuvimos que subir 3 montañas de 2600, 2850 y 2800 metros sobre el nivel del mar. Para la cabeza ya es una tortura importante para el que no llega preparado.
Se sabe que la segunda etapa es aún peor y ni hablar de la sexta. Literalmente un triturador de cerebros desprevenidos, el Tor.

Llegada a la primera Base Vida. No se duerme. Se toma el bolso que la organización nos transporta de Base Vida a Base Vida, se reponen víveres, se come bien, higiene de pies, y continúo la aventura.

Plan de carrera para la segunda etapa



Salgo de la Base Vida a las 03:08 de la mañana. +8' del plan.

Esta segunda etapa es muy dura. Son tres ascensos a 2840, 3000 y 3300 metros. Sigue la picadora de físico y de cerebro en acción.

Paso por Rhemes a las 08:09. +9' del plan.

Llego a Eaux Rousses a las 13:51. Aquí hay corte horario a las 21:30. -9' del plan.

Durísimo ascenso al Loson, el punto más alto de la carrera y descenso al Refugio Sella.

Sigo disfrutando de los ascensos. No los siento. Los descensos, sin embargo, le ponen mucha carga a las piernas. En algunos casos siento pequeñas molestias en ambas rodillas. Son avisos. Cambio levemente la forma de pisar y regulo aún más las bajadas y desaparecen.

Llego al Refugio Sella a las 20:09. -1 hora 21' del plan.

En esta jornada se pone en evidencia la velocidad que pude imprimirle a los ascensos, que me hicieron mejorar, sin haberme quemado, más de una hora el plan.

Otro tema importante es que en esta edición, y por el coronavirus, no se permite dormir en los refugios. Con lo cual, los períodos de sueño del plan, pasan a la Base Vida más cercana.

Arribo a la segunda Base Vida, Cogne a las 22:45. -1 hora 15' del plan.
¡106 kilómetros adentro!

Retiro el bolso, como, me higienzo los pies y me acuesto a dormir. Tengo mucho sueño.

Tampoco ponen mantas en los catres. Hay que llevar en el bolso algún liner o saco de dormir. Tengo frío. Me abrigo. Pongo el despertador a las 2 horas y me quedo profundamente dormido.

A la hora y media, hay algún ruido que me despierta. No siento ganas de seguir durmiendo y me preparo para continuar la aventura.

Higienizo con toallita desinfectante los pies. Hipoglós y vaselina. Medias limpias y a seguir.

Hasta acá nos hemos ido encontrando tipo yo-yo, con Ricardo. Lo paso en las subidas y él lo hace en las bajadas. Viene bien, aunque se queja de unos calambres que le molestan un poco. De Pachi, tal lo previsto, sin noticias aún.

Dejo Cogne a las 02:10.  -1 hora 20' del plan.

Plan de carrera para la tercera etapa


Esta es una de las etapas más tranquilas del Tor. Sólo tiene un ascenso a 2830 metros y luego es bajada hasta Donnas, la próxima Base Vida.

Hay que aprovecharlo para descansar lo que fueron las dos jornadas anteriores, durísimas.

En el ascenso coincidimos con un español, Francis. Es bombero y músico de profesión. Vamos charlando todo el camino hasta la cima del Col Fenetre.

Aquí se pone de manifiesto la diferencia en el entrenamiento de montaña y el nuestro, en la pampa...

Voy liderando la subida. Francis destaca el paso que llevo, indicando que es muy rápido. Yo ni lo siento. En algunos tramos desacelero para darle chances de acercarse.

Para la bajada, nos saludamos ya que le indiqué que yo lo haría muy lento para cuidar las piernas. 

Llego a Champorcher a las 11:43. -1 hora 17' del plan.

Muy lenta y controlada la bajada. Mucho más que cuando lo hicimos con Rodri.

Llego a Donnas a las 17:25. -5' del plan.
¡151 kilómetros adentro!

Lo veo a Francis. Había llegado hacía 4 horas. Ya dormido y bañado. Los descensos son una de las claves del Tor. Hacerlos rápido.

Yo muy contento. Vengo cumpliendo el plan a la perfección y físicamente sin ningún dolor.


A Ricardo ya no lo vería más. Luego me enteré de que abandonó en Della Barma.

En la Base Vida, el ritual continúa: retiro el bolso, como, renuevo provisiones, higienizo pies y a dormir 2 horas.

Antes de acostarme lo veo a Hernán. Viene unas dos horas adelante (él salió en el grupo de las 10:00). Viene muy entero y corriendo con otros 2 corredores.

Ya no estoy consumiendo ni el Tailwind ni las barritas estimadas, así que reduzco su provisión a la realidad. Los puestos en el trayectos están muy bien equipados, y aunque se repite lo ofrecido (caldo, pastas, chocolates, queso, jamón, crackers, tarteletas dulces), en general siempre tienen un manjar VIP que nos espera: polenta con bolognesa, sopa-crema de verduras (minestrone) deliciosa. En un puesto tuvimos ribs de cerdo a la parrilla.

Salgo de la Base Vida a las 20:36. +36' del plan.

Plan de carrera para la cuarta etapa


Una etapa larga y con todo el cansancio que llevamos a cuesta, se siente mucho.

Paso por La Sassa a las 00:46. -44' del plan.

Recupero minutos, luego del descanso en Donnas y de una tercera jornada no tan brutal para el cuerpo.

Al refugio Coda, en la altura de 2200 msnm llego a las 03:20. -1 hora 10' del plan.

El peor refugio. Mal atendido, muy mala onda de la mujer y del señor que allí se encontraban.

Comí un poco de sopa con pasta, arroz y me fui rápido.

El refugio della Barma era un punto especial. Habíamos acordado con Pachi que nos encontraríamos acá a las 09:00 hs.

Llego a la Barma a las 07:53. -1 hora 7' del plan.

Me tomo un capuchino, como un buen plato de pasta con tuco, coca cola y cerveza. Tengo mucho sueño.

Comienzo a realizar micro-sueños. Este es uno de los factores de éxito que en la edición pasada no logré implementar.

El tip más importante es no forzar el micro-sueño. En cambio, incorporarlo a la rutina de la carrera cuando el cuerpo lo pide. Este era uno de los momentos, en el calorcito del refugio, y aprovechando el tiempo para esperar a Pachi. Logro dormir sentado a una mesa, brazos cruzados sobre la tabla, cabeza sobre los brazos, unos 30 minutos. 

Me despierto, preparo las cosas y cargo con agua y té caliente las caramañolas. Espero hasta las 09:05 a ver si aparece Pachi. No ocurre, y sigo. Pachi, muy flojo, ¡eh! ¡Jajaja!

Subo al Col de la Vecchia y bajo a Niel.

Esta parte de la carrera la recuerdo mucho. En 2018 hicimos el tramo con Pachi y llegamos a Niel a las 18:32. Con Rodri, en 2019, yo venía muy lesionado de la rodilla, y allí fue donde nos separamos.

Antes de llegar a Niel, uno de los bastones se atasca entre dos piedras y no logro suavizar la palanca, que termina quebrándolo. Intento repararlo con una cinta adhesiva industrial que llevo en la mochila, pero no sirve. Sigo entonces con un solo bastón. En el bolso de la Base Vida, llevo otros de repuesto.

Llego a Niel a las 16:06. +36' del plan.

Muy entero y aunque el físico y cerebro acusan la golpiza de casi 200 km recorridos y 76 horas de carrera, estoy feliz. 

Las zapatillas La Sportiva Ultra Raptor han demostrado ser, en mi caso, una opción excelente para el desafío del Tor. Muy estables, algo pesadas, pero dan al pie un sustento que no tuve con las Altra que usé en 2019 y que fue el origen de mi lesión en la rodilla.  Esto por supuesto depende de cada persona y pisada. Pachi usa Altra sin problemas.

Además, las Ultra Raptor tienen un agarre excelente en piedra mojada.

Disfruto la mejor polenta con bolognesa del Tor. Cremosa, deliciosa. Me siento y una inglesa de la organización me trae el plato y nos quedamos charlando un rato.

Sigo camino. Ahora hay que subir al Lasoney, 2400 metros. Y luego una bajada muy complicada a Gressoney. En ese tramo, en 2018 me caí innumerables veces. Lo hicimos con Pachi, y también venía con un solo bastón. En este caso me aseguré de contar con un elemento alternativo que funcionó muy bien. No me caí una sola vez hasta llegar a la Base Vida.

Entro a Gressoney a las 21:19. +2 horas 19' del plan
¡206 kilómetros adentro!

En la bajada a Gressoney ocurre algo raro con el plan. Me alejo mucho, aunque sigo el ritmo previsto. Evidentemente mi ritmo en las bajadas viene impactando en los tiempos. No me preocupo, ya que sigo entero.

Simplifico al máximo el ritual en la Base Vida. Tomo el bolso, de la bolsa correspondiente a la Base Vida, retiro las baterías para la linterna, dos o tres barritas, dos o tres Tailwind, Mosar y plan de la etapa para la muñeca. Higienizo pies y a dormir.

Salgo de Gresso a las 00:46. +2 horas 46' del plan.

Voy muy entusiasmado. Físicamente a nivel lesiones estoy intacto. Esto es crítico para seguir en carrera. El cansancio, se domina.

Plan de carrera para la quinta etapa


El refugio Alpenzu es el próximo objetivo. Queda subiendo al Col Pinter.

Famoso porque dan capuccinos riquísimos. Entro al refugio y no hay nadie. Qué raro. Le pido un capuccino a la señora y le digo que venía soñando con tomar esa delicia desde los últimos 100 km. Se ríe. Lo disfruto mucho y me voy. Luego me enteraría de que ya no ofrecen más ese servicio, y que estaban cobrando los cafés ahora. ¡Jajaja! Se ve que se conmovió con mis palabras y ni siquiera amagó a cobrarme.

Llego a la cima del Pinter y comienzo el descenso. Muy esperado por mí, ya que en el próximo puesto fue donde abandoné por falta de sueño en 2018. Ahora, todo el trayecto lo hago de noche. Muy diferente a lo ocurrido en aquel año, en donde ya era un día radiante.

Llego a Champoluc a las 07:54. +1 hora 54' del plan.

Pese a estar atrasado según el plan, vengo recuperando en las subidas. Nunca me han dolido o molestado los cuádriceps.

Sigo muy enfocado en la carrera, con el próximo objetivo: la Base Vida de Valtournenche.

Ya es de día, y nos cruzamos con muchos turistas que caminan por los senderos. Recordemos que el Tor utiliza las Vías de trekking 1 y 2 del Valle de Aosta. Mucha gente paseando. Transmiten energía y alegría. Es inevitable el grito de "Allez Allez", "Grandi Giganti", "Vai Vai", y otros gritos de aliento similares. Un detalle, se responde "Grazie" en todos los casos, excepto cuando te gritan "In Bocca al Lupo!" Ahí hay que responder, "Il Lupo é Morte!" o sencillamente, "Crepi!"

Llega un momento en que es lindo volver al silencio de la montaña, cuando cae la noche, y ya estamos otra vez solos con nosotros mismos.


En uno de esos encuentros con turistas, vengo sorteando un difícil trail de rocas filosas. Voy muy lento y una italiana me da charla. Paro para responderle y de paso preguntarle cuánto faltaba para Valtournenche. Algo muy raro me ocurre en la cabeza. En el próximo segundo siento que me desvanezco. No logro controlar el cuerpo. Un instante posterior estaba en el suelo, con las piernas y rodillas cubiertas de sangre. La señora gritando desesperada. "¿Qué pasó, qué pasó?", decía. Hice un control de daños rápidamente y el dolor era en la piel de rodillas y piernas y también un dolor en la cadera derecha. El resto ok. 

Le respondí que no se preocupara, que sólo había sido una baja fuerte de presión, y que ya estaba bien. Me incorporo y noto que no es nada serio. Ni lo de las piernas, ni lo de la cadera. Aunque si el golpe hubiese sido en la cabeza o la cara, otra sería la historia a relatar después de estas líneas... 

Llego a Valtournenche a las 15:23. +1 hora 53' del plan.
¡239 kilómetros adentro!

Rutina y me acuesto. A las dos horas me despierto. Me siento en la cama y lo veo a Pachi, también sentado, a unos 40 metros más allá. No se puede gritar, así que levanto los brazos y le hago señas. "¡Tordo!", grita Pachi y se viene sin dudarlo. Nos abrazamos. ¡Qué emoción!

Le muestro las piernas y le pido que tome una foto. Para la épica de Fede, ¡jajaja!

Plan de carrera para la sexta etapa


Conversamos con Pachi, asegurándonos que los dos estuviéramos bien. Salimos juntos de la Base Vida.

Tal vez sea esta la etapa más complicada del Tor. No solo por lo extensa (son más de 24 horas), su desnivel y dificultad técnica, si no por la acumulación de cansancio y falta de sueño.

Muy esperada también por mí, porque en el Refugio Magia, a los 260 km, tuve que abandonar en 2019 por la lesión en la rodilla.

Me cuesta horrores imaginar cómo hice en 2019 para llegar hasta acá lesionado. El Tor es un triturador del cuerpo y de la cabeza. Si logro terminar esta vez, no repetiré esta carrera. Es una paliza inmensa al cuerpo, en especial a los pies y piernas. Pienso: "no te olvides de escribir esto en el blog". Y así lo he hecho. Luego, con el paso del tiempo, uno va olvidando, o suavizando las partes durísimas de este inmenso desafío.

Comienza la etapa con un ascenso al Col Fenetre a 2740 metros. Veo que Pachi se sigue agitando mucho en las subidas al ritmo que voy yo. Estamos claramente en contrafase. Él va rápido en las bajadas y yo en las subidas. Lo mejor es seguir cada uno a su ritmo, y volver a encontrarnos en algún punto más adelante. Lo charlamos y así lo acordamos.

Sigo entonces a mi ritmo de ascenso, llego a la cima del Col y comienzo la bajada hasta los 2000 metros. En 2019 tardé 4 horas en bajar. Esta vez lo hice en 1 hora y media. Totalmente entero.

De todas formas, 1 hora y media bajando, y ya con más de 250 kilómetros en las piernas es un esfuerzo sideral. Llego muy cansado al refugio Magia, donde repito, abandoné en 2019. ¡¡Estoy muerto, pero feliz!!

Llego a Magia a las 02:37. +2 horas 7' del plan.

Como muy bien, tomo un vaso de cerveza y me siento a una mesa a implementar un micro-sueño.

Al cabo de unos 30 minutos, levanto la cabeza y lo tengo a Pachi enfrente, también en micro-sueño. Se despierta y estamos muy contentos de estar compartiendo esta locura juntos.

Sigo entonces para el próximo ascenso, hasta los 2710 metros.

Llego a Cuney a las 05:16. +46' del plan.

¡Muy buena la recuperación del tiempo y acercamiento al plan!

Ya estoy en territorio no conocido. Nunca había llegado hasta aquí en las ediciones anteriores. Sigo muy sólido, aunque la cabeza empieza a hacer de las suyas. Ya aparecen algunas ilusiones, que contrarresto con micro-sueños, pero es indudable el efecto de la falta de sueño acumulada a esta altura.

Los músculos de las piernas, diez puntos.

Empiezan a molestar ampollas que se me hicieron en la parte trasera de ambos talones. Cuando adquirí las Ultra Raptor noté que en su parte trasera tenían un material plástico en vez de tela. No me gustó mucho eso, y evidentemente tampoco a mis talones. Voy a escribir una carta a La Sportiva con una sugerencia para que mejoren eso.


En el próximo puesto hay barrera horaria a las 15:30.

Llego a Oyace a las 11:20. +50' del plan.

Queda todavía una subida a 2510 metros y luego la bajada a los 1400 metros, a la ¡última Base Vida!

Llego a Ollomont a las 16:34. +34' del plan.
¡287 kilómetros adentro!

Aunque nunca canté victoria, siento que el objetivo final está muy cerca. ¡Qué felicidad inmensa! Pese al deterioro físico y mental, la sensación del "casi" logro es indescriptible.

Plan de carrera para la séptima etapa


Salgo de Ollomont a las 19:37. +1 hora 7' del plan.
  
¡No paro de agradecerle a Dios estar ahí, entero físicamente y tan cerca del objetivo final!

Sólo resta enfrentar la última noche. Subir desde los 1400 metros a los 2710 y llegar al refugio Merdeux antes de las 10:00 de la mañana. Este es un hito crucial. Pasado este punto, ya solo restan 24 kilómetros y 8 horas para cumplirlos. O sea, que la carrera ya está "casi" adentro.

Subo muy bien al Col Champillon y bajo a Bosses.

Decido apurar en esta bajada. Siempre controlado, pero quiero exigir un poco más las piernas y ver qué ocurre. Por la mitad de la bajada comienza un dolor en la fascia lata izquierda, a la altura de la rodilla. La misma lesión de 2019, pero ahora en la otra rodilla.

El dolor no cede al intentar cambiar la forma de la pisada. Reduzco la intensidad de mi descenso, y el dolor permanece ahí, sin aumentar. Este es un punto de acción que debo corregir en el futuro. La estabilidad de las rodillas en las bajadas. Debo lograr mitigar que la fascia lata se impacte al bajar fuerte. Las zapatillas Ultra Raptor han mejorado mucho esta situación, pero no la han solucionado.

Llego a Bosses a las 03:06. +36' del plan.
 
Impresionante, esta diferencia con el plan es ínfima, teniendo en cuenta todo lo que hubo que pasar para llegar a este punto.

La noche se hace eterna. Ahora debo subir a 2250 y hallar el refugio Merdeux. Ya su nombre está presagiando el desastre...

En este tramo debo hacer muchos micro-sueños. Ya casi no surten efecto de mediano plazo. Sirven para seguir unos minutos, y luego necesito hacer otro. El cerebro está muy lento, aunque el foco está en llegar a Merdeux.

Voy subiendo desde los 1525 metros en donde dejé Bosses. 1600, 1700, 1800, 1900. Cada 100 metros de subida estoy tardando más del triple de lo que hice en los días previos. Mi promedio de subida antes de esta última noche era de 8 minutos cada 100 metros.

Voy muy lento, pero enfocado. 2250 llego a Merdeux y la carrera es mía.

2000, 2100, 2200. ¡Ya estoy! Veo la construcción. Me acerco un poco más... 2250 metros de altura. ¡Llegué!

¿Llegué?

Está todo apagado. No está abierto. ¿Qué pasó? No tengo corredores a mi alrededor. No entiendo nada. Pierdo la noción espacio temporal. Ya no soy yo en carrera. Soy un zombie disfrazado de corredor. Desolado. No puedo fichar mi paso por Merdeux. Estoy perdiendo la carrera en los últimos 24 kilómetros... ¡NOOOOOO!

Sigo caminando sin entender nada. Veo luces que son las marcas de ojos de gato que hay que seguir durante la noche. Se repiten. Creo que estoy dando vueltas en círculo, volviendo siempre al mismo punto. No avanzo. Camino dormido. Alucino hablar con la dueña del refugio Merdeux, quien me dice que tuvo una emergencia y debió cerrar el puesto. Pero que no me preocupara, que ya había tomado mis datos y que se los había pasado a la organización. Todo fantasía. Me desespero. Alucino que "otro" terminará la carrera por mí. Ya no soy yo. Yo quedaré dando vueltas en este infinito agujero negro, mientras "mi otro yo" terminará la carrera por mí.

Mi cerebro no soporta más esta situación, y me desplomo a la vera del camino. Quedo allí tendido al menos durante una hora y media en la fría noche...

Abro los ojos y siento mucho frío. Mi cerebro recobra algo de lucidez. Pasa un corredor francés y le pregunto en inglés: "¿Pasaste por Merdeux?"

Me responde que no, que Merdeux está 2 horas más arriba. Que hay que seguir subiendo.

Me parece muy raro. Pero son las 07:00 de la mañana. Ya es de día, y si es así, todavía tengo tiempo de llegar antes de las 10.

Me vuelve el alma al cuerpo. El sueño obligado fue reparador. Ya estoy lúcido y con energías para llegar rápido a Merdeux, más arriba.

Llego al puesto a las 07:47. Era Frasatti (+1 hora 17' del plan). Pregunto, y me dicen que Merdeux no estuvo habilitado en esta carrera, que el corte es aquí, y que vengo muy bien de tiempo.

La sensación que viví en Merdeux fue lo peor de la carrera. Una impotencia y desolación indescriptibles. Todo producto de la privación del sueño, y lo peligroso que ello puede resultar.

En Frasatti, me alimento bien. Estoy nuevamente feliz y con mucha energía para continuar.

Estoy por salir del refugio y justo entra Pachi. Nos abrazamos. Le cuento lo ocurrido, y la inercia hace que me despida para seguir. Camino unos pasos hacia la puerta, y cambio mis planes. Decido quedarme a desayunar con Pachi. Acordamos entonces hacer el último tramo juntos. Ya no tenemos problemas con los tiempos. En las subidas que quedan yo le haría el aguante, y lo mismo, él en las bajadas.

Desayunamos un gran café con leche, tostadas, manteca, quesos, jamón y jaleas.

Y así fue que salimos juntos con Pachi, encarando la subida al Col Malatra, a 2950 metros de altura.

Sigo subiendo sin problemas. Lo espero a Pachi para continuar juntos, según lo acordado. Estoy disfrutando mucho ahora. Tenemos todo el tiempo del mundo para llegar.

Hermoso el paso por la cima del Malatra. Mucha gente alentando y fotógrafos de la organización. Nos tomamos espectaculares fotos con Pachi.


Otro hito adentro. Ahora ya resta la bajada hasta Bertone, ¡y luego a Courmayeur!

Parece que hubo un cambio en la senda. Pachi se pone de mal humor. En vez de bajar, seguimos subiendo. Yo sigo disfrutando. Pachi se enoja y reclama a todo el que se nos cruza en el camino. Duda de que estemos en la senda correcta. "Pachi, están las banderas que nos marcan el camino. Tranquilo.", le digo.

Finalmente comienza la bajada y aquí cambia la situación. Voy yo ahora bien lento y Pachi se aleja. Me duele bastante la fascia lata a la altura de la rodilla izquierda. No voy a forzar más la máquina.

Pese a que falta tan poco, los últimos kilómetros se hacen muy largos y pesados.

¡Estamos a 3 kilómetros de Courmayeur!

Decidimos entrar trotando, y así lo hacemos.

Aparece Ricardo que nos filma. María nos grita. Lloro. Giovanni me da la bandera argentina que porto con orgullo. Nos abrazamos y le digo que parte de este logro es suyo también.  Lloro. Nos acercamos al arco de llegada. Lo veo a Peinchi. Estallo en llantos. Ponen el himno argentino. Lo veo a Scuby. Nos abrazamos. No paro de llorar. Ya estamos en el arco. Me arrodillo. Agradezco a Dios el hecho de estar ahí. No puedo parar de llorar. Rex filma el ingreso triunfal desde lejos. ¡Gracias, gracias!


Finisher Tor des Geants. 15:29 de la tarde del sábado 18 de septiembre, 2021.

En 2019 escribí: "Debo ahora analizar la causa de la lesión en la rodilla. Y para cuando regrese a vencerte, TOR, estaré mejor preparado desde ese punto de vista también."

Y así fue, Tor. Volví, y esta vez, ¡te vencí!



Y para cerrar estos inolvidables días en Europa, nos vamos con mis amigos de la infancia a pasar tres jornadas de rélax a la Costa Azul, en Francia.


¿Se puede pedir más? Eternamente agradecido a todos los que de una forma u otra estuvieron conmigo en esta aventura. En Argentina festejaremos como corresponde con un gran asado con Pachi, Fede, Rodri, Moya, Rosso, Paco, Zanetti, Berni, Edu y Chelo, quienes también estuvieron pendientes de la carrera todo el tiempo. ¡GRACIAS! 

15 comentarios:

  1. Excelente el relato, como siempre!!! Genio!

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  2. Espectacular relato, Tordo!. Muy vivido, me dio mucha ansiedad la parte de Merdeux, a pesar de saber que habías llegado, jajaja

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  3. Grazie Sergei! Mientras lo escribía, también pensaba que no llegaba, jajaja!

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  4. Tu relato nos transporta a esos lugares y momentos, haciéndonos sentir en cada paso que diste una sensación de inmensa alegría ante titánico esfuerzo y la alegría de haber logrado el objetivo propuesto. Chapeaux Tordo!

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  5. Muy buen relato Tordo.
    Una gran descripción del recorrido y sensaciones. Un referencia muy valiosa para aquellos que tenemos la intensión de volver a intentarlo.
    Te felicito. Un logro maravilloso. Abrazo

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  6. Grande TORDO...!!! Hermoso leer tus relatos y tratar de sentir tus vivencia. Gracias por compartir. Fuerte abrazo. Paty.

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  7. Muy buen relato, emocionante y seguramente muy sentido. Algo que solo la vivencia de una carrera asi te haver vivir.
    Felicitaciones loco !!

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    1. Soy Gustavo Beno, como veo que no sale el nombre........ja

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    2. Ahora sí, jajaja! Gracias Gustavo!

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  8. Buenas estimado señor Marcelo, me da mucha alegria conocer sus logro, felicitaciones por ello. Saludos a la señora Carola, Celu y Nico, siempre los recuerdo. FELICITACIONES!!!

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  9. Felicitaciones Marcelo, excelente carrera y muy emocionante el relato!

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