sábado, 21 de septiembre de 2019

Tor des Geants

TOR 2 - TORDO 0

Maldito Tor, se lleva otra victoria, aunque esta vez por razones muy diferentes a las del año pasado.

Luego de haber encontrado mi límite en la edición anterior, me propuse tres cambios que implementé a lo largo del último año:

- Plan nutricional
- Cross Fit 3 veces por semana
- Rutina con escaleras una vez por semana

Llego mucho mejor esta vez. La idea es tener el tiempo suficiente para poder dormir un mínimo de 2 horas por día, a lo largo de los 6 días de la competencia.

Somos esta vez 9 argentinos. 5 serán DNF en esta edición.



Lo grandioso es que coincidimos con Pachi y con Rodri, con quienes venimos pensando en esta carrera durante los últimos 12 meses. Nos quedamos los tres en lo de Giovanni y Maria Grazia: Notre Dame du Mount Blanc. Los mejores anfitriones de Courmayeur!

Armo un plan, y decidimos con Rodri encararlo juntos.

Aunque la carrera es non-stop, es bueno separarla en segmentos. Cada uno delimitado por las 6 Bases Vida a las cuales hay que llegar durante la carrera, y que además tienen barreras de corte horario.

Largamos a las 12:00 hs del mediodía del domingo 08/Sep.



Primer Segmento. De Courmayeur a Valgrisenche. 50 km. +3900 m. 14 horas según plan.

Estos machetes con el plan resultan muy útiles durante la carrera. Los llevo en el brazalete que me dieron en el UTMB.
Lo que aparece en rojo son los cortes horarios que hay que cumplir.
La segunda columna, son los kilómetros desde la largada.
La tercera columna, los tiempos en horas desde la largada, según el plan.
La última columna, la hora del día en que debo llegar a los puntos, según el plan.
Como mejora, agregar las alturas de cada uno de los puntos, que resulta más precisa que los kilómetros.

Salimos con Rodri a un paso tranquilo. Siento que voy a un 30% de mis posibilidades. Hace frío. No transpiro.

Esta vez, los elementos obligatorios a llevar en la mochila se reducen sensiblemente respecto al año pasado. Ya no se exigen los crampones ni la ropa de abrigo, por ejemplo. Se deja al corredor decidir qué llevar en la mochila.

Llevo las dos linternas, mantas de supervivencia, campera, y remera técnica de manga larga.

Además, Tailwind para la etapa. Pero los puestos de esta carrera están tan bien equipados que no hace falta llevar demasiada comida entre puestos.

Ofrecen queso, jamón, galletitas saladas y dulces, pan, caldo caliente, fideos, pastas, chocolate. unas tarteletas de Nutella y de dulce, que son un manjar. Agua, té y café.

Para evitar lo ocurrido el año pasado con el malestar estomacal, sigo la sugerencia de Caspar, y tomo un Mosar cada 6 horas. Nunca me sentí mal del estómago esta vez!

Mientras encaramos la primera subida, el Col Arp, comienza a llover. Siento una pequeña molestia en la rodilla derecha, sobre el lateral externo. A medida que ascendemos el frío golpea fuerte. La lluvia se transforma en nieve. Mis manos se congelan. Pese a las dos capas de guantes, los -5°C no perdonaron. Si no fuera por esta incomodidad, el momento es mágico.



Llegamos a los 2500 m y a bajar.

Pasamos La Thuile 15 minutos antes de lo previsto en el plan. Y el Refugio Deffeyes 30 minutos antes.

Primer hito importante: llegamos a la Base Vida de Valgrisenche 1 hora antes de lo planificado. Estamos muy contentos con Rodri. Pese a la dureza de esta primera etapa, el hecho de venir juntos hace que los kilómetros pasen más rápido, y todo se hace más ameno.

Segundo Segmento. De Valgrisenche a Cogne. 56 km. +4650 m. 24 horas según plan.



La etapa más dura de toda la carrera. La subida al Fenetre (2800 m), al Entrelor (3000 m) y luego al Loson (3300 m) son picadoras humanas. Terrible. El frío sigue pegando duro, y mis manos se congelan en las subidas, normalizándose al descender por debajo de los 2200 m.



Llegamos al Refugio Sella a las 21:17 y nos tiramos a dormir. Me acuesto y duermo profundamente. A la hora y media, Rodri me despierta diciendo que no pudo dormir... O que no sabe si durmió o no. La idea acá era dormir 2 horas, pero en mi caso, el sueño fue profundo y salgo muy entero y descansado a continuar con la etapa.

Llegamos a Cogne 01:40. Mantenemos 50 minutos de mejora respecto al plan. Cabe decir que el plan prevé terminar la carrera en 146 horas, o sea, 4 horas antes del corte final.

El dolor en la rodilla va en aumento. Inconscientemente cambio el balance del cuerpo para evitar mayor presión sobre la pierna derecha, y me tuerzo el pie izquierdo.

"Sonó", le digo a Rodri. Signo de esguince seguro. No me duele estando en caliente, pero sé que la carrera se me complicará mucho.

Efectivamente, ya no puedo doblar la pierna derecha, y corro gran parte de la tercera etapa con la pierna rígida a la altura de la rodilla.

Tercer Segmento. De Cogne a Donnas. 45 km. +2300 m. 16 horas según plan.


Sólo una subida en esta etapa, y luego descenso hasta la próxima Base Vida.

El problema es que en los descensos, la rodilla duele mucho. Tomo diclofenac e ibuprofeno. Calma por un rato, pero luego vuelve el dolor. Cada vez más fuerte.

Llegamos a Donnas 17:33. Media hora mejor que el plan. Realmente estamos contentos, y yo muy satisfecho con la preparación con la que vine este año. Lástima la lesión en la rodilla.

Decidimos cambiar el plan, y dormir acá. Al salir de la Base Vida hay que subir desde los 300 m hasta los 2200 m en donde se encuentra el Refugio Coda, y es mejor hacer el ascenso descansados.

Dos horas de sueño completas acá. Excelente.

En el interín, Pachi llega a Donnas, y lo veo durmiendo a unas camas desde donde estoy.

Levanta la cabeza y me mira. "Vamos Tordo, carajo!", dice semi-dormido.

"Shhhh, seguí durmiendo, capo!", le contesto. Luego nos encontramos con Rodri, listos para continuar.

Rodri dice que no sabe si durmió o no. Pero esta vez, antes de acostarme, y mientras me higienizaba bien los pies, vi cómo Rodri se había dormido profundamente en una de las camas de la Base Vida.

"Escuchaba tus ronquidos desde veinte metros de distancia!", le digo. Se calma entonces, teniendo ahora la certeza de que sí había podido conciliar el sueño. Importante para la tranquilidad de la cabeza.

Cuarto Segmento. De Donnas a Gressoney. 55 km. +3750 m. 25 horas según plan.


Pese a que la rodilla va doliendo cada vez más, aún no impacta en nuestros tiempos.

Llegamos al Refugio Della Barma a las 08:58. En plan, y 6 horas antes del corte.

Aquí nos tomamos un descanso más prolongado, y hacemos la consulta a una doctora. Indica que es una lesión muy común, que es el ligamento y que no puede agravarse de continuar el esfuerzo.

Llega Pachi, y me comparte Voltarén pomada para untarme en la rodilla. Capo Pachi!

Súper contento con mi rendimiento, que sin demasiadas exigencias me permite avanzar en plan, pese a la lesión. En ningún momento siento que me agito, ni que me falta la respiración.


Rodrigo mantiene el ritmo también sin problemas. Es muy meritorio lo suyo, ya que viene de correr 100 km en el UTMB hace una semana, y una bronquitis que todavía muestra algún signo en su respiración.

En este tramo, comienzo a desacelerar marcadamente, ya que los dolores son muy intensos. Tanto en la rodilla derecha como en el tobillo izquierdo. Además, también me esguinzo el tobillo derecho.

Rodri me dice que tiene sueño. Le digo que deberíamos parar en Gressoney y dormir allí. Esto tampoco era lo previsto en el plan, pero después de la Base Vida hay que subir al Col Pinter, de 2800 m, y es mejor estar descansados.

"No doy más, ir a este paso y no poder dormir, me está matando", dice Rodri.

Llegamos a Niel (km 193) a las 16:32, una hora peor que el plan. Pero 2 horas antes que cuando llegamos el año pasado con Pachi.

Rodri se queda a dormir y yo como un gran plato de polenta con carne, y sigo.

Ya es preocupante el dolor, y mi ritmo muy lento.

Llego a Gressoney a las 22:25. A los 5 minutos llegan Pachi y Rodri, que ahora correrán juntos todo el resto de la carrera.

Pero está claro ya que mi continuidad en la carrera se encuentra más que comprometida.

En este tramo entre Niel y Gressoney fue cuando el año pasado me caí innumerables veces, y rompí uno de los 3 bastones que quebré a lo largo de la carrera. Esta vez no me caí una sola vez. Excelente el agarre de las Altra. Pero el ritmo y los dolores, ya casi inaguantables.

En Gressoney veo a un médico, que confirma que se trata del ligamento y no del menisco, e indica que no tome más ibuprofeno ni diclofenac, y me da unas pastillas efervescentes anti-inflamatorias.

Pachi me ofrece una rodillera ortopédica que ayuda mucho a mantener la rótula en su lugar y aplacar un poco el dolor.

Duermo 2 horas y sigo, ahora solo, hacia la próxima Base Vida: Valtournenche, a la cual no pude llegar el año pasado por falta de sueño.

Importante destacar que en el último segmento, no sólo perdí la ventaja sobre el plan, si no que además, sumé dos horas y media a lo previsto.

Quinto Segmento. De Gressoney a Valtournenche. 33 km. +3420 m. 19 horas según plan.


Este es un tramo muy esperado por mí. Fue donde quedé afuera el año pasado. Esta vez, vengo perfecto de sueño, no existen las ilusiones o alucinaciones, y me siento muy fuerte. La maldita lesión en la rodilla es la que está poniendo en riesgo completar este desafío.

Llego al Refugio Alpenzu, me tomo un Capuccino y sigo.

Llego a Champoluc (donde decidí parar el año pasado) a las 09:54. Ya cuatro horas por encima del plan.

Continúo como puedo, alcanzando la Base Vida a las 18:07. Mantengo 3 horas de colchón frente a los cortes oficiales, pero la tendencia es totalmente negativa.

Pachi y Rodri están durmiendo. Me alimento bien, higienizo los pies y en una hora estoy listo para continuar. Salimos de la Base los tres juntos, aunque yo me retraso, ya que me es imposible andar a un ritmo decente. Vuelvo a tomar ibuprofeno y también omeprazol para mitigar el malestar estomacal.


Comienza la noche, estoy cansado ahora y siento frío. No logro entrar en calor al ritmo que voy.

Todo se hace muy lento y tedioso. Llego al mini-refugio Gordza y pido entrar (tienen una habitación con calefacción y una mesa). Intento un micro-sueño, pero no logro dormirme. A los 20 minutos salgo, pero siento mucho frío. Vuelvo a entrar y me pongo las calzas largas y una piel adicional.



Encaro los 9 kilómetros hasta el Refugio Magia. Hay que subir durante 5 km hasta 2700 m y luego bajar hasta 2000 m. Fueron los 5 km más largos de mi vida. Una vez arriba, se puede ver una infinita bajada que terminaría en el refugio. Se me hace casi imposible descender.

En la oscuridad de la noche, veo las luces de linternas de otros corredores. Me alcanzan y continúan el descenso de manera natural. A los quince minutos, ya dejo de verlos. Yo no puedo seguirlos. La oleada de luces desaparece y quedo solo en medio de la montaña.

A excepción de una luz abajo, que permanece inmóvil.

Sigo mi descenso letárgico y voy aproximándome a la lámpara. Es una persona. Está tirada en el frío suelo de piedra.

"Hola, ¿estás bien?", le pregunto en inglés.

"Estoy fracturado, no puedo moverme", me responde el corredor francés.

Tomo nota de su número y le indico que pediré ayuda en el próximo Refugio. A la media hora me cruzo con dos rescatistas que iban a su encuentro. Otros corredores ya habían dado aviso del caso.

Tardo 3 horas en llegar al Refugio Magia. Claramente la carrera está terminada para mí. El dolor es insoportable y a este ritmo ya no lograré pasar a tiempo en los próximos cortes.

Pido una cama y me desplomo. Son las 03:00 de la mañana del viernes 13/Sep. GAME OVER.

Fueron 260 km, +23.000 m de desnivel acumulado y 111 horas de batalla.

Debo ahora analizar la causa de la lesión en la rodilla. Y para cuando regrese a vencerte, TOR, estaré mejor preparado desde ese punto de vista también.

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