Nono Trail Race (38 km) es la elegida para el entrenamiento en montaña de julio.
Vamos con Caro en la chata, y nos quedamos en la casa de Nono, a un kilómetro y medio de la plaza principal, en donde es la acreditación, inicio y fin de la carrera.
Coordinamos con Andy y Pachi, que van a correr 38 y 50 kilómetros respectivamente, y también se quedan en la casa.
La temperatura está muy bien los días previos, y durante la carrera unos 9 grados al largar y aproximadamente 15 al llegar.
Mucha gente convoca este evento. Nunca vi a Nono con tanta gente, incluso en los meses de verano.
Llega el domingo 9 de julio y largamos. Es de noche. Esta vez sí llevo linterna correcta. Es parte del material obligatorio, como un litro de agua, y campera corta viento.
Nono está a unos 800 msnm. La carrera de 38 km comienza relativamente plano hasta los 8 km, y luego comienza un ascenso hasta los 1800 msnm. A partir de allí, el perfil muestra un descenso hasta la llegada.
Por supuesto, existen ascensos y descensos cortos a lo largo de todo el trayecto.
Y es en las bajadas justamente en lo que quiero enfocarme. Muy técnicas y trabadas. Todavía no las domino. Llevo un muy buen ritmo hasta que debo enfrentar un descenso. Es allí donde gran cantidad de corredores me superan. No me gusta. No lo disfruto. Los pies sufren y me tuerzo en varias oportunidades los tobillos. Por fortuna, nunca llegaron a ser esguinces. Intento apurar y no logro controlar el cuerpo. Trastabillo. Mis manos no tienen tiempo de frenar el impacto contra el piso. En esa fracción de segundo, mi cara se acerca peligrosamente a la roca y el cerebro, instintivamente rota la cabeza hacia abajo y la colisión se produce en la parte superior del cráneo.
Una corredora que viene atrás se detiene y me pregunta si estoy bien. Tardo unos segundos en contestar. Toco con mi mano el lugar del choque y noto que no hay sangre. Respondo que estoy bien, y seguimos. Siento dolor y vuelvo a tocar, ahora sí hay sangre, aunque no abundante. Me tranquilizo y sigo.
En las rectas y subidas, supero corredores. En las bajadas, ahora voy incluso más lento.
Me exijo bastante en esta carrera. Tengo en mi mente la clasificación al Sparta en mayo del año que viene, y ese objetivo es sumamente motivante para poner todo de mí.
Llego a la meta en seis horas y veinte minutos, y mi reloj marca 40 kilómetros, con 1400 m de D+
Unos metros antes de la llegada me grita Gabriel. Siento mucha alegría porque siento que de alguna manera fui fuente de inspiración para que corriese sus primeros 12 kilómetros en montaña, y allí estaba, feliz con su logro y recibiendo a conocidos antes de la meta.
Termino muy cansado y entero, salvo por una pequeña molestia en el tibial izquierdo (el mismo que se inflamó mucho en la carrera de Grecia). Esto debido a la importante cantidad de kilómetros en bajada que tiene esta carrera.
Muy contento con el tiempo que hice ya que terminé 18 de 69 corredores en mi categoría.
Un paso más hacia el gran objetivo de mis sueños...
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